domingo, 26 de octubre de 2014

El glicerol como problema



Este trialcohol, también conocido por el nombre de glicerina, es hoy el producto clave económicamente hablando para las biorefinerías de biodiesel. Y desde luego no deja de ser sorprendente como un producto con tantas cualidades pueda llegar a ser un quebradero de cabeza para estas industrias a día de hoy.
En efecto, la glicerina puede usarse como disolvente, como excipiente, como antiséptico... muy empleado en la industria de los cosméticos y en la industria farmacéutica. Lo mismo te vale para fabricar explosivos como la nitroglicerina que como anticongelante. Y como guinda del pastel, no es tóxico.

Entonces, ¿Cuál es el problema?

Pues todo surge a raíz de la producción de biodiesel. Con el objetivo de conseguir menor dependencia de los combustibles fósiles, la producción de biocombustibles ha ido en aumento, y de la mano, la producción de glicerol. 

La reacción de transesterificación, que es la fundamental para la obtención de biodiesel, es la siguiente:


Es decir, transformamos los triglicéridos de la materia prima en ésteres de ácidos grasos, generando al mismo tiempo glicerol.

Como promedio, obtenemos 1 kg de glicerina por cada 10 kg de biodiesel. Claro está, que este factor dependerá del tipo de aceite que metamos en el sistema. (1). Anteriormente, la industria del jabón, que también obtenía como subproducto la glicerina, era la que sustentaba la demanda de este producto, dejando la aportación de las biorefinerías un papel testimonial. Sin embargo, gracias entre otras cosas a las nuevas directivas europeas que imponen un porcentaje de biocombustible en los carburantes tradicionales, han disparado la producción de glicerina de tal forma que el mercado mundial se ha saturado.

Debido a esta abundancia de glicerina, su precio ha bajado considerablemente, lo que ha convertido un desecho de producción relativamente atractivo en algo de escaso valor, hasta tal punto que una de las alternativas que se están tomando es valorizar estos excedentes para aportar energía a la planta.





Por lo tanto, la mayor parte de los esfuerzos en materia de I+D+i de estas empresas  es buscar una alternativa que de un valor añadido a estos “residuos”.

Se están estudiando varias alternativas, y me ha llamado la atención la reciente investigación llevada a cabo por la Universidad de Salamanca y Centro de Investigación de Polímeros Avanzados de Chile (CIPE), en los que han conseguido sintetizar dos tipos de polímeros: uno líquido y otro sólido. (2)

Según Claudio Toro, director ejecutivo de CIPA, el polímero líquido se podría utilizar para la formulación de pinturas y poliuretanos, mientras que el polímero en estado sólido se podría emplear como adsorbente para la purificación de aceites.

El equipo ha usado estos datos experimentales para simular un proceso industrial con el objetivo de realizar una evaluación técnica y económica. Los resultados se publican en la revista Chemical Engineering Research and Design y forman parte del proyecto fin de carrera de la investigadora Laura Bueno.

De momento estamos hablando de trabajo de laboratorio, aunque el equipo de investigadores no descarta llevarlo a planta piloto.


(2)             http://www.agenciasinc.es/Noticias/Como-transformar-el-glicerol-en-polimeros-de-interes-comercial

Antonio Montero Andrés

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