Este trialcohol, también conocido
por el nombre de glicerina, es hoy
el producto clave económicamente hablando para las biorefinerías de biodiesel.
Y desde luego no deja de ser sorprendente como un producto con tantas
cualidades pueda llegar a ser un quebradero de cabeza para estas industrias a
día de hoy.
En efecto, la glicerina puede
usarse como disolvente, como excipiente, como antiséptico... muy empleado en la
industria de los cosméticos y en la industria farmacéutica. Lo mismo te vale
para fabricar explosivos como la nitroglicerina que como anticongelante. Y como
guinda del pastel, no es tóxico.
Entonces, ¿Cuál es el problema?
Pues todo surge a raíz de la
producción de biodiesel. Con el objetivo de conseguir menor dependencia de los
combustibles fósiles, la producción de biocombustibles ha ido en aumento, y de
la mano, la producción de glicerol.
La reacción de transesterificación, que es la fundamental para la obtención de biodiesel, es la siguiente:
Es decir, transformamos los
triglicéridos de la materia prima en ésteres de ácidos grasos, generando al
mismo tiempo glicerol.
Como promedio, obtenemos 1 kg de glicerina por cada 10 kg de
biodiesel. Claro está, que este factor dependerá del tipo de aceite que metamos
en el sistema. (1). Anteriormente, la industria del jabón, que también obtenía
como subproducto la glicerina, era la que sustentaba la demanda de este
producto, dejando la aportación de las biorefinerías un papel testimonial. Sin
embargo, gracias entre otras cosas a las nuevas directivas europeas que imponen
un porcentaje de biocombustible en los carburantes tradicionales, han disparado
la producción de glicerina de tal forma que el mercado mundial se ha saturado.
Debido a esta abundancia de glicerina,
su precio ha bajado considerablemente, lo que ha convertido un desecho de
producción relativamente atractivo en algo de escaso valor, hasta tal punto que
una de las alternativas que se están tomando es valorizar estos excedentes para
aportar energía a la planta.
Por lo tanto, la mayor parte de
los esfuerzos en materia de I+D+i de estas empresas es buscar una alternativa que de un valor añadido
a estos “residuos”.
Se están estudiando varias
alternativas, y me ha llamado la atención la reciente investigación llevada a
cabo por la Universidad de Salamanca y Centro de Investigación de Polímeros
Avanzados de Chile (CIPE), en los que han conseguido sintetizar dos tipos de
polímeros: uno líquido y otro sólido. (2)
Según Claudio Toro, director
ejecutivo de CIPA, el polímero líquido se podría utilizar para la formulación
de pinturas y poliuretanos, mientras que el polímero en estado sólido se podría
emplear como adsorbente para la purificación de aceites.
El equipo ha usado estos datos
experimentales para simular un proceso industrial con el objetivo de realizar
una evaluación técnica y económica. Los resultados se publican en la revista Chemical
Engineering Research and Design y forman parte del proyecto fin de
carrera de la investigadora Laura Bueno.
De momento estamos hablando de
trabajo de laboratorio, aunque el equipo de investigadores no descarta llevarlo
a planta piloto.
(2)
http://www.agenciasinc.es/Noticias/Como-transformar-el-glicerol-en-polimeros-de-interes-comercial
Antonio Montero Andrés
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